Hay que ver como cambian las cosas. Hace un año, ni mi sueño mas dulce y creativo, habria podido imaginar lo que estoy viviendo, lo que vivo. Si hace unas semanas escribía acerca de mi cumpleaños, mi dulce locura comienza con una mega-fiesta sorpresa que me han organizado. Y que fiesta... Quizás el mejor sueño consiste en saber que esto no lo es. Que es un dulce regalo, que la espera tiene su recompensa, que ha merecido la pena.
Yo, ingenuo. Ingenuo al que llevaron engañado a una fiesta, fiesta que era para mi, que al girar una esquina veo a los míos y entre besos y abrazos, lo veo a el, con la cara de timidez atrevida y osada que siempre lleva, orgulloso de estar donde está, y yo gritando por dentro: tierra trágame..!
Pero en el fondo me gusta, en el fondo tiemblo. Tiemblo por lo nuevo que es todo esto. Lo nuevo que es volverse a enamorar y confiar en lo que confiaba, en que a cada dia que pasa se hace mas dulce, y mas doloroso. Dolorosamente insoportable.
y mientras solo te dire, que solo note que estás aqui a mi lado, que yo te esperaré aqui sentado...
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